Maillard es mi pastor, todo se me ha de dorar

La Rebelión de Atlas, de Ayn Rand

Autobibliografía es una sección que trata sobre los libros que han tenido alguna función formativa para mí. De una forma u otra han sido libros de importancia. 

La rebelión de Atlas: Lo importante son las hamburguesas 

Autor: Ayn Rand

Se supone que para los estadounidenses este es el segundo libro más influyente después de la Biblia. No sé quién hizo la encuesta. Este es un libro que suscita amores galopantes y odios enconados, al nivel de que había un nutrido grupo en Facebook que sugería tapar la fisura de la plataforma petrolera de British Petroleum del Golfo de México con copias de Atlas Shrugged.

Es un libro pintado en blancos y negros duros, sin la amortiguación de los grises. Es también un ladrillo de más de mil páginas, en general muy bueno pero en ocasiones lento y aburrido.

Plantea a un hombre que decide detener el motor del mundo, llevándose a la gente verdaderamente capaz a una ‘Nueva Arcadia’ escondida en las montañas de Colorado y darle a los que pretenden manejar el mundo precisamente su deseo: manejarlo completamente con la responsabilidad y la toma de decisiones que implica, y no sólo figurar utilizando el trabajo de otros presentado como propio. Los resultados son predecibles. Entre medio de todo esto, hay un polígono amoroso entre Dagny Taggart, la protagonista, y varios hombres top.

Es un libro que resuena en la diferencia, es un libro que resuena en la sensación de capacidades no del todo integradas en el entorno. ¿Quién no se ha sentido —guardando las proporciones— Hank Rearden o similar al leerlo?

Es también un libro que gatilla resonancias sectarias. Se entiende que la autora haya llegado huyendo de la Revolución Rusa, y que como tal le tenga tirria a toda forma de socialismo y crea firmemente en el individualismo productivo y provechoso, pero a medida qe pasan los años creo que se le pasa la mano. Las caricaturas de “los inútiles” están caracterizadas deliciosamente, y confieso que al releer esta novela en período de exámenes, en que la vida del docente está llena de excusas, me facilitaba un estado de ánimo poco tendiente a aceptarlas.

Por supuesto, todo tiene dos caras. En todos hay un John Galt, y un Jim Taggart, al que no queremos ver.

El destilado del libro, sacando el pesimismo y la oscuridad, es que todos tenemos el derecho a ser felices, y que eso sólo está en nuestras manos y mentes y en el ejercicio de nuestras habilidades. No hacerlo es más que no ejercer un derecho. Es fracasar.

Circunstancias del libro

Ted Witt me prestó The Fountainhead hace años. Después de The Fountainhead, el paso lógico era Atlas Shrugged. No recuerdo si Ted lo tenía o si Gabriela Ordóñez lo compró afuera. Lo concreto es que el libro cayó en mis manos, y no se ha ido. No es un libro que la gente pida prestado.

Lecturas relacionadas

Más Ayn Rand es lo que gatilló este libro.

De este libro salió la lectura de Anthem, que a su vez se ve expresado en dos canciones de Rush: Anthem, del disco Fly by Night, y 2112, del disco homónimo que es una reelaboración de Anthem en clave de Ciencia Ficción.

Otro libro que salió de aquí es  We the Living, novela ambientada en la revolución rusa, que parece (paradójicamente) literatura rusa. No me gustó.

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